Agencia Innova Digital- En la tradición del Día de Muertos, la visita de un colibrí tras el fallecimiento de un ser querido es interpretada como un mensaje del más allá. Según las creencias mesoamericanas, el colibrí es el alma del difunto que regresa para tranquilizar a sus seres queridos, asegurándoles que se encuentra en paz. Esta ave, considerada mensajera de los dioses, simboliza la conexión entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
La leyenda maya relata que, al crear el mundo, los dioses olvidaron asignar a alguien la tarea de llevar pensamientos y deseos de un lugar a otro. Al darse cuenta de esta omisión, decidieron crear al colibrí, otorgándole la misión de ser el mensajero entre los humanos y el mundo divino. Así, el colibrí se convirtió en un símbolo de comunicación espiritual y guía hacia el descanso eterno. Además de su papel como mensajero, el colibrí representa la esperanza, el renacimiento y la belleza efímera de la vida. Su presencia en las ofrendas del Día de Muertos es un recordatorio de que el amor y la memoria de los seres queridos perduran más allá de la muerte.
