Gobiernos entrantes: Se necesita más que barrer calles
La importancia de llegar con proyectos ejecutivos armados
2025-06-13 | 06:40 a.m.
La importancia de llegar con proyectos ejecutivos armados
Llegan a aprender ya en el cargo
Hay una inercia peligrosa que se repite cada cuatro años en los municipios de México: la administración entrante se estrena con escobas en mano, haciendo una barrida simbólica de banquetas o avenidas céntricas, como si limpiar una calle fuera suficiente para borrar el abandono histórico de los servicios públicos.
En ciudades como Coatzacoalcos, donde la crisis urbana no admite simbolismos sino soluciones estructurales, este ritual ya no tiene lugar.
La ciudadanía exige mucho más que gestos mediáticos: quiere resultados concretos desde el primer día.
Los llamados “primeros 100 días de gobierno” son más que un espacio simbólico.
Son la ventana crítica en la que un edil puede marcar la diferencia entre el continuismo y la transformación.
Son también la oportunidad para demostrar que no se llegó a improvisar, sino con visión, planificación y voluntad política.
Hoy más que nunca, quienes resultaron electos en las pasadas elecciones tienen la responsabilidad de poner manos a la obra antes de asumir formalmente el cargo.
LA PERCEPCIÓN DE RESULTADOS DE INMEDIATO
No se trata de gobernar antes de tiempo, sino de prepararse con seriedad.
Iniciar el diseño de proyectos ejecutivos de alto impacto, buscar fuentes de financiamiento, establecer vínculos institucionales con los gobiernos estatal y federal, e identificar los perfiles idóneos para los cargos clave en la administración municipal es, más que un deber, una exigencia cívica.
Una obra de alto impacto no es sinónimo de monumentalidad, sino de pertinencia.
Puede ser el rescate de un sistema de drenaje colapsado, la rehabilitación de un sistema de alumbrado en colonias históricamente olvidadas, la modernización del sistema de recolección de basura o la implementación de una política seria de movilidad urbana.
Lo importante es que la ciudadanía perciba de inmediato que hay una diferencia entre el gobierno saliente y el entrante.
Uno de los grandes errores de los nuevos gobiernos municipales es llegar a “aprender” en el cargo.
El pretexto del diagnóstico ya no es válido: quien recorrió calles durante una campaña debió haberse empapado de los problemas reales del municipio y, sobre todo, debió.
haberse rodeado de un equipo técnico capaz de convertir los diagnósticos en planes viables.
Pero esto implica abandonar la tentación del reparto de cargos por cuotas políticas, lealtades personales o caprichos partidistas.
La lógica del compadrazgo ha sido uno de los principales lastres del desarrollo local.
El municipio no puede seguir siendo el refugio de desempleados políticos, ni el trampolín de aspirantes a cargos estatales o federales.
EL ÉXITO SE MIDE POR PROBLEMAS RESUELTOS
Los gobiernos municipales deben recuperar su papel estratégico como célula base del sistema democrático.
El éxito de una administración local no se mide en promesas cumplidas, sino en problemas resueltos.
Por eso, los primeros 100 días deben estar orientados a generar confianza, no con discursos, sino con acciones.
Si desde el arranque se logra que una colonia tenga agua potable que antes no tenía, si se restablece la seguridad en un punto crítico, si se demuestra eficiencia en trámites básicos como licencias de construcción o pagos de predial, entonces se habrá logrado mucho más que con una decena de conferencias de prensa.
El reto de fondo es cambiar la narrativa del gobierno municipal. Pasar del “gobierno que inicia” al “gobierno que actúa”. Para ello, se necesita planeación, pero también humildad: reconocer que el cargo no lo sabe todo y que debe rodearse de especialistas.
También se requiere visión política, porque muchos de los problemas no se resuelven solos, sino con articulación interinstitucional y voluntad de gestión.
NO LLEGAR CON LAS MANOS VACÍAS
Aún hay tiempo. Quedan seis meses y medio para que los ediles electos se preparen.
No hay excusa para llegar con las manos vacías. El triunfo en las urnas otorga legitimidad, pero sólo el trabajo bien hecho otorga autoridad moral y política.
En el México de hoy, las escobas simbólicas no limpian el descrédito de los malos gobiernos. Lo que se necesita es obra pública pertinente, servicios eficientes y servidores públicos capaces.
La ciudadanía está atenta. Los gobiernos locales no pueden darse el lujo de perder el tiempo.
Los primeros 100 días empiezan hoy, aunque aún no hayan tomado protesta.
La política útil se escribe con proyectos, no con gestos. Y si se quiere dejar huella, esa historia empieza desde ahora.
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