Tengo un amigo que es medio chairo (nadie es perfecto en este mundo, sólo Al-lāh, dice el Corán) y por eso se atiene en muchas cosas de su vida al silabario de San Andrés o a la cartilla moral que tan pomposamente distribuyó el Patriarca de Macuspana y ahora nadie recuerda.
Tuvo mi compañero que ir a la ciudad de Guadalajara por asuntos de salud y de familia, y para ello buscó un alojamiento que se ajustara a lo que señala la austeridad que está obligada para casi todos los seguidores de la Cuarta Transformación. Había leído que Andy López Beltrán estaba de vacaciones en Tokio, Japón, y que había pagado 50 mil pesos diarios por su habitación. Obviamente se indignó… porque algunos periodistas mexicanos, los comentócratas, habían publicado ese infundio y respiró aliviado cuando vio que el propio Andy había salido a aclarar que no, que su habitación solamente había costado 7,500 pesos diarios, casi mil pesos abajo de los 8,364 pesos mensuales que marca el salario mínimo mensual para un trabajador mexicano (ya no quiso entrar en pensamientos malsanos sobre al gasto de un día de hotel contra el pago de 30 extenuantes jornadas de trabajo).
Con aquel pensamiento en la mente, mi querido compinche se dio a buscar hoteles en la cuna de la mexicanidad (según los jaliscienses, que se ve que no conocen Veracruz y los jarochos, ¡a h$&%vo!). Para su desgracia no encontró hoteles por el precio que quería para respetar la austeridad, pues la mayoría de los hospedajes tipo bussines class o turista hodidón estaban entre mil y 1,500 pesos.
Buscó y buscó, y fue elevando las estrellas y la calidad de los aposentamientos, hasta que halló que el Hotel Fiesta Americana tenía una suite Gobernador con un costo de 7,800 pesos la noche. Oh, desgracia, se pasaba 300 pesos del límite de la austeridad ¡y no tenía desayuno incluido!
Persistió como buen necio que es, al igual que sus adorados morenos de la 4T, y encontró por fin una reservación en el Hotel Hyatt Regency Andares, la “Club con Cama King” por 7,340 pesos, impuestos incluidos. Feliz por su hallazgo, se preparó para pasar una noche austera en la segunda zona metropolitana con más habitantes de México.
Ese cuarto de hotel, similar al austero de Andy en Tokio de solamente 7,500 pesos, incluía:
“42 metros cuadrados, dos acogedoras camas queen, un escritorio grande y modernas comodidades tecnológicas. Esta habitación también incluye acceso a Regency Club, que ¡incluye desayuno continental! y servicio de cócteles diario, con bebidas con y sin alcohol también incluidas. El diseño de interiores de todas nuestras habitaciones está inspirado en la cultura local, incorporando elementos característicos de Jalisco como la charrería, el mariachi y el tequila.
“Tiene además TV con pantalla plana de 65 pulgadas con Chromecast, control de climatización individual, cortinas opacas, bata suntuosa y pantuflas, cafetera Nespresso, plancha y tabla de planchar, caja fuerte en la habitación, Wifi de cortesía, espejo de piso a techo y luz nocturna con sensor de movimiento.
Austero, sobrio, frugal el cuarto de 7,500 pesos, apenas para la vida franciscana de los López Beltrán.
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