By Aurelio Contreras Moreno 3 de julio de 2025
Rector espurio II
Por Aurelio Contreras Moreno
Como ya se había alertado, la crisis provocada con premeditación, alevosía y ventaja por la pandilla gobernante en la Universidad Veracruzana es, como muchas otras de las acometidas del régimen de los últimos años, un “experimento” para medir hasta dónde pueden estirar la liga.
Por supuesto que los perpetradores de la ilegal extensión de periodo rectoral de Martín Aguilar Sánchez -y él mismo- sabían que su imposición no iba a pasar tersamente y sin obstáculos. Tan lo sabían, que pretendían hacerlo sin consultarlo con nadie. Simplemente, un día iban a hacer el anuncio de que se concedía la prórroga y listo.
Pero torpes como son en el círculo del llamado “cártel de las Lomas (del Estadio)”, la información se filtró y provocó que tres exrectores salieran a alertar sobre el despropósito y que los aspirantes tuvieran que adelantar el anuncio de sus legítimas intenciones por contender por la rectoría, con tal de desactivar el madruguete. Aunque al final, se atrevieron a violar la ley, con la seguridad de saberse impunes porque hay un factor de poder político que los respalda. En este caso, el impresentable senador de Morena –señalado como acosador y hasta como abusador sexual- Manuel Huerta Ladrón de Guevara. El mismo al que ni la gobernadora puede controlar y menos, expulsar de su partido.
Lo que se vive ahora, tras la concesión ilegal (ningún ordenamiento de la Universidad Veracruzana habla de conceder una prórroga directa y a petición del interesado, y sí de la emisión de una convocatoria y de un proceso de auscultación amplio, no la vacilada de “consulta” a menos de 2 por ciento de la comunidad universitaria) e ilegítima (el quiebre dentro de la Universidad, el descrédito de rectoría y la Junta de Gobierno y el repudio a la imposición son inocultables) es una crisis institucional sin precedentes. Pero la cual esperan se disipe gracias al periodo vacacional. Y sobre todo, a la visible apatía de una comunidad universitaria que, en su gran mayoría, no parece percatarse y menos interesarse en el riesgo que le acecha, no solo a la UV, sino a todas las universidades públicas y autónomas del país: su toma por asalto.
Mientras eso sucede, Martín Aguilar ha desatado una campaña de persecución y hostigamiento de todos sus críticos al interior de la Universidad, amenazándolos –y a varios, ya cumpliéndoselos- con el cese de apoyos institucionales, con sanciones laborales, con la “muerte” académica y con la misma expulsión de la UV, literalmente cual dictador, como si la principal institución de educación superior del estado fuera de su propiedad.
Hacia el exterior, y en sintonía con los usos y costumbres del régimen político al que sirve, Martín Aguilar ha desatado una horda de agresores digitales, bots y trols, que provocan, calumnian, agreden y vociferan contra cualquiera que emita una crítica al rectorado espurio, a la deshonrada Junta de Gobierno y al grupúsculo que ha secuestrado a la casa de estudios. ¿Cuánto está derrochando en eso? ¿A quién contrataron para desplegar esa estrategia infame e indigna de una institución de educación superior? ¿De qué partida presupuestal está saliendo? ¿Qué área de la Universidad Veracruzana es la encargada de su ejecución?
Preguntas de las que debe exigirse una respuesta, junto con muchas otras, antes del 1 de septiembre, cuando el rector espurio se vuelva a sentar en su trono ilegítimo, como pretende.
Arrebatar el Tribunal
Donde andan más o menos en las mismas es en el Poder Judicial del estado de Veracruz. Resulta que quien ganó la elección para presidir el Tribunal Superior de Justicia, Rosalba Hernández, no es quien en palacio de gobierno querían y, por eso, han hecho y hacen de todo para impedirle su arribo.
Y para que no quede duda de quiénes están detrás, resulta que la nueva “elegida” para llegar al TSJEV tuvo una votación “mayor” que la de muchos partidos en todo el estado en la elección municipal que se celebró simultáneamente. Cuando hasta antes del lunes pasado, que fue anunciada como la “más votada”, nadie la conocía fuera de su círculo.
Así debe estar el chiquero.