En la jerga popular en los pueblos de la cuenca del Papaloapan, corre una frase que se refiere a la carga de las responsabilidades.

«A la larga, hasta el sombrero pesa» suelen decir decimeros y repentistas cuenqueños en síntesis de la filosofía popular, que jamás yerra.

Y cuando el peso de la responsabilidad no corresponde a la persona que lleva consigo una tarea o encomienda que debió atender un tercero, la situación se torna insoportable.

La ominosa figura de Cuitláhuac García Jiménez es un fardo cada día más pesado.

Han transcurrido siete largos meses. Las acciones y omisiones del ex titular del Poder Ejecutivo siguen marcando −en términos negativos− la agenda pública.

En los días de la política reactiva, los yerros del exgobernante pesan en el derrotero de la llamada cuarta transformación.

Cuitláhuac García Jiménez «es un hombre honesto» dijo en discurso espejo de lo repetido hasta el cansancio por Andrés Manuel López Obrador, a lo largo de seis años, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

La repetición no es un escudo moral que proteja al exgobernador morenista.

Nadie, con excepción de su familia y quienes se vieron beneficiados en su administración, converge con la declaración presidencial que busca exonerar de nueva cuenta a García Jiménez.

«Se tiene que revisar exactamente cuáles son los casos. Si hay un servidor público o funcionario que hizo un mal manejo de un recurso, se debe proceder administrativa o penalmente, según corresponda», dijo la presidenta en vano e inútil intento por lavar la imagen de un devaluado exgobernante.

El lunes 5 de mayo, se informó que la Contraloría General del Estado presentó una denuncia por el posible daño patrimonial por más de 1 mil 600 millones de pesos en los servicios de salud, que señaló la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la cuenta pública 2023.

Ese día la propia gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle informó que se llamará a cuentas al exsecretario de salud y los exfuncionarios que realizaron contrataciones señaladas con desvíos millonarios.

En un recuento del caso, la periodista Flavia Morales, corresponsal de la agencia en Veracruz escribió que la revista «publicó en su edición 0022 del mes de abril de 2025 que, durante el gobierno del exgobernador Cuitláhuac García, los servicios de salud de Veracruz registraron desvíos mediante un esquema recurrente: contratos por adjudicación directa, otorgados a empresas de reciente creación y proveedores vinculados a casos de corrupción.

La ASF ordenó, luego de una auditoría forense, iniciar 24 investigaciones contra funcionarios de la dependencia, por irregularidades en contratos sin justificación comprobable, los cuales tienen que ver con subrogación de equipo médico, contratación de servicio de limpieza, de fletes y de comida.

Detrás de las operaciones financieras en los servicios de salud de Veracruz estuvo Jorge Eduardo Sisniega Fernández, director administrativo de la dependencia y hombre de confianza del exgobernador Cuitláhuac García».

Las denuncias ahí están.

En el sexenio de Cuitláhuac, en los Servicios de Salud del Estado de Veracruz desfilaron Roberto Ramos Alor, quien renunció en 2022 y ahora es el director del IMSS Bienestar Veracruz.

Posteriormente, en el 2023 llegó Gerardo Díaz Morales, quien falleció y el cargo fue tomado por Guadalupe Díaz del Castillo Flores. Pese a esos cambios, Sisniega mantuvo el control de las operaciones administrativas, relata Flavia Morales.

Ya en este mes corriente, la gobernadora Rocío Nahle, confirmó la presentación de una denuncia contra Guadalupe Díaz del Castillo, secretaria de Salud durante el Gobierno de Cuitláhuac García.

La denuncia fue presentada por el Órgano Interno de Control después de que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) hallara inconsistencias en la cuenta pública de 2023, por un presunto daño patrimonial de más de 600 millones de pesos cuando al frente de la institución estaba Roberto Ramos Alor.

No ha habido detenciones debido a que la doctora Guadalupe Díaz promovió un juicio de amparo contra cualquier orden de aprehensión, comparecencia o presentación en su contra y de Jorge Eduardo Sisniega Fernández, nada se sabe.

Su paradero está oculto en una nube de misterio.

Así que el detente del retablito presidencial de que Cuitláhuac es un hombre honesto, se cae ante el peso de las denuncias penales en contra de excolaboradores que manejaron dinero público, del erario, de los veracruzanos.

El escandalo por la carísima remodelación del estadio de futbol Luis «Pirata» de la Fuente, estimada en mil 694 millones de pesos, en una plaza que no tiene equipo de futbol profesional de primera división, con una franquicia en litigio, vuelve a estropear la etiqueta de honestidad del maestro universitario, hoy titular del Centro Nacional de Control del Gas Natural (CENAGAS).

Javier Duarte de Ochoa volvió a atizar la polémica del estadio, al señalar directamente a los ex colaboradores de Cuitláhuac García Jiménez, Zenyazen Escobar García, ex titular de la Secretaría de Educación y José Luis Lima Franco, ex secretario de finanzas, como los responsables directos de este elefante blanco, de este monumento a la nada, diría Julio Scherer.

«Este tema (remodelación del estadio) es de tontín y de tarzán, y la tía Chío va a tener que arreglar el desastre que hicieron. A ver si no sale más caro el caldo que las albóndigas», escribió el exgobernador en la red social Threads.

Y en este culebrón del no me ayudes compadre, boqui suelto como suele ser, el coordinador de los diputados veracruzanos en San Lázaro mordió el anzuelo, en loco frenesí de protagonismos idos.

«Javier Duarte carece de autoridad moral, debería sentir vergüenza. Después de robar en Veracruz y condenar a niñas y niños con cáncer al sufrimiento al darles agua en lugar de medicamentos, lo último que puede hacer es abrir la boca. Que se calle y pague como el criminal que es», respondió en la red X el legislador cordobés, en repetición de otro dicho cuenqueño que reza: «buenas tardes, ¿vende usted piñas?».

Por cierto, el escandalo del «Pirata gate» lo inició Zenyazen Escobar García cuando colgó un video en sus redes sociales, acompañado de del exsecretario de finanzas, José Luis Lima, y el extitular de espacios Educativos, Ricardo García, en abierta atribución de la remodelación del estadio Luis «Pirata» de la Fuente, y de paso, machacar que el proyecto de remodelación fue una gestión de Cuitláhuac García Jiménez.

Las conclusiones a vuelo de pájaro son evidentes.

A). El dinero que se le vertió al estadio hubiese alcanzado con holgura para construir dos puentes entre Boca del Río y La Riviera Veracruzana.

😎. Con la bolsa de mil 694 millones de pesos se hubiesen construido dos hospitales −equipados, con 140 camas cada uno− materno infantiles como el recién inaugurado en Coatzacoalcos.

C). Zenyazen continua en la coordinación legislativa de Morena en la LXVI Legislatura, pese a su dislexia discursiva, a contrapelo del discurso de la inquilina de Palacio de Gobierno, quien trata de enderezar los yerros del antecesor.

… de otro costal.

El Partido del Trabajo sufre el síndrome de la galleta de jengibre.

En la repesca, valida como democracia sucia, el dirigente de Morena, Esteban Ramírez Zepeta ha lanzado la red en el río revuelto de la larga espera que se prolongará hasta el 30 de diciembre, para atrapar a varios ediles electos que han sucumbido al canto de Morena.

Vicente Aguilar, representante del PT en Veracruz se truena los dedos.

Se le han ido de las filas de la estrella solitaria la alcaldesa electa de Lerdo de Tejada, Flor María Sosa Zamudio, madre del actual alcalde Fabián Cárdenas Sosa, más los ediles electos de Tempoal, Martín Meraz Argüelles; de Jalacingo, Miguel Vicente Cuellar Contreras y el de Tatahuicapan, Vladimir González Martínez.

Los días turbulentos no se circunscriben en la suplica a Ramírez Zepeta para que cese en su repesca de alcaldes electos; sino en el congreso estatal de delegados del PT donde se elegirá a la planilla que dirigirá al partido de cara a los comicios del 2027.

Vicente Aguilar acepta que desde algún rincón del poder le quieren sembrar al diputado federal por Perote, Adrián González Naveda, a quien identifican como cabeza de playa del senador Huerta en alianza con los Yunes, y más recientemente, a la legisladora local Elizabeth Morales García, quien también busca una rebanada en el pastel petista.

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