Este fin de semana tuve el privilegio de recorrer uno de los corazones más vivos, alegres y auténticos del Puerto de Veracruz: el histórico barrio de La Huaca.
Entre callejones coloridos, casas de madera llenas de historia y el eco del son jarocho en el aire, confirmé lo que muchos dicen: en La Huaca late el alma del Veracruz popular.
Agradezco profundamente la calidez y la alegría con la que me recibieron sus vecinas y vecinos.
Seguimos sumando voluntades , con el corazón y la convicción por delante.
¡Nos va a ir muy bien!
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