Agencia Innova digital.-El 19 de septiembre de 1985, el terremoto que devastó la Ciudad de México dejó una huella imborrable en la memoria colectiva del país. Sin embargo, hay otras ciudades que también fueron golpeadas por esa tragedia, pero que han quedado en el olvido, ignoradas en la narrativa nacional.
Xalapa, Jáltipan, Orizaba y Veracruz fueron otras de las regiones afectadas por este sismo de magnitud 8.1, pero su sufrimiento pasó desapercibido ante la magnitud de la catástrofe en la capital. Mientras los ojos del mundo se centraban en la destrucción de la Ciudad de México, estos municipios veracruzanos enfrentaron el dolor en silencio, sin la misma visibilidad ni apoyo.
Xalapa, por ejemplo, vivió su propio infierno con estructuras colapsadas, casas arrasadas y un número de víctimas que, aunque menor que en la capital, no debe ser subestimado. Jáltipan y Orizaba también sufrieron daños significativos, pero sus historias quedaron marginadas en la sombra de un desastre que desbordó las fronteras de la ciudad capital.
Hoy, al recordar esta tragedia, no solo debemos pensar en la Ciudad de México, sino en todas las comunidades olvidadas, esas que aún esperan el reconocimiento y el apoyo que merecen. Un terremoto que no solo sacudió la tierra, sino también el alma de un país que, 40 años después, aún debe aprender a mirar más allá de sus propios límites.