Por Inocencio Yáñez Vicencio
Desde el 2018 que AMLO, ganó la presidencia, no fueron pocas las voces que pidieron que se sentara en la silla presidencial y gobernara para todos.
No, no quiso entender AMLO, que un partido lo había postulado para competir por la titularidad del Poder Ejecutivo, que los votos que recibió le dieron el título para ejercer una función constitucional de acuerdo a lo que ella establece y dentro de su marco. Que los votos no le dan poder, que el poder viene, en Estado constituido conforme a derecho, de la ley, por eso Kant es claro cuando dice que el fin del Estado es la realización del derecho que es la voluntad general expresada en la Constitución, que no es un papel sino la distribución equilibrada de los poderes y la protección de los derechos individuales fijados por el constituyente, que no pueden suprimir los poderes derivados, los poderes de reforma, llaménse como se llamen sin acabar con la Ley suprema , que sólo puede alterar el poder originario.
Mandar al diablo las instituciones no fue una simple exclamación tabernera, fue un grito de güera contra el único mandato que tienen los gobernantes en el Estado liberal, fue contra el mandato de la Constitución, a partir del cual se propuso sustituir el sistema de límites y controles por un sistema unipersonal para dejar a merced de su voluntad a toda la ciudadanía, gobernando a discreción y únicamente a favor de sus fieles.
Claudia Sheinbaum, no ha hecho otra cosa que continuar la obra de reemplazo de la República por un régimen unipersonal.
Hace ya tiempo advertimos que Morena puede destruir al poder judicial, a los órganos de rendición de cuentas, a los órganos encargados de organizar y calificar las elecciones para simular los relevos de las autoridades, a los medios de comunicación, a los críticos y opositores; pero que tarde o temprano chocaría con los llamados factores reales de poder, pues qué creen. Ese día ha llegado. Su tan socorrida soberanía desapareció. O más bien su soberanía se le derritió en las manos. Digo su, porque no podría ser más que pura retórica para un gobierno que tan sólo en ocho años, según la misma secretaria de Hacienda, habrá elevado al doble la deuda y que basta recordar que simplemente en el último año de AMLO, el presupuesto tuvo un déficit de 1.7 billones de pesos, superior al Fobaproa, que se fondeo con deuda. Con esa deuda nunca podríamos hablar de soberanía, si tenemos en cuenta que un aumento en las tasas o una negación de su renegociación o no más avales por los organismos financieros, colapsamos.
No puede hablar de soberanía un país que depende en un 85 por ciento del mercado norteamericano y menos tomando en cuenta la cuantía de las remesas. Un factor que también mencionamos es la expulsión de nuestros connacionales. Por lo pronto ya apretaron la industria automotriz y la inversión, los aranceles, la inmigración…
Ricardo Monreal, llama a unirnos en torno de la presidenta sin considerar que Claudia no ha querido ser la presidente de todos los mexicanos. Que no podemos unirnos en torno de algo que no existe. Claudia Sheinbaum siguió el camino de su patrón: asumirse como presidenta facciosa, como presidenta únicamente de los morenistas. Su más reciente disputa fue si podía o no acaudillar la movilización a favor de la elección del Poder Judicial, un poder que no es ni siquiera el suyo. Pero además esa función es del INE.
Claudia Sheinbaum ha perdido la cordura. Es tanto su pánico ante Trump que la he hecho ver falsa, hipócrita y ridícula, por decir lo menos. Cómo es posible que habiendo videos y toda clase de grabaciones donde la presidenta de los morenistas aparece anunciando movilizaciones para evitar que se dañe a nuestros compatriotas de aquí y de allá, nos salgo ahora que en su vida ha llamado a movilizaciones. Ante eso no hay argumentos, Ante eso no se puede decir nada.
La respuesta que el subsecretario de Estado Christopher Landau a la morenista Melissa Cornejo de Jalisco, mostró que Claudia Sheinbaum está tan asustada, que no sólo llamó la presidenta a qué no su partido no emita más críticas al gobierno de Trump, que ya puede leerse entre líneas su tamaño, cuando la pobre Melissa, fue dejada sola por sus compañeros que le enseñaron a protestar y a odiar al imperialismo yanqui. Y ahora: quién va a defender a los inmigrantes? Qué recursos empleará la izquierda oficial? No creo que el tránsfuga de Lorenzo Meyer, le entre al quite después de la golpiza que le dieron hace algunos años, los policías norteamericanos.
Después de ver los vídeos en que se le refresca la memoria a Claudia Sheinbaum, que si llamó a la movilización, es una cobardía que culpe a la oposición de su desatino. Lo cierto es que no tiene vergüenza de invocar derechos humanos ante las salvajes reacciones de la policía estadounidense contra los inmigrantes después de ver como los comités de defensa de Morena fueron lanzados contra los trabajadores del Tribunal del Poder Judicial de la CDMX. Nada nuevo. Así los hicieron contra los morelenses que protestaban contra la posible construcción de una termoeléctrica. Así lo hicieron contra las familias que reclamaban agua en Chihuahua, Igual lo hicieron en Totalco, Perote, Veracruz, contra las familias que protestaban contra la contaminación…
Hoy mismo Layda Sansores, utiliza toda la fuerza del Estado para silenciar a la prensa crítica e independiente.
Rocío Nahle, tiene razón de defenderse de los señalamientos de Movimiento Ciudadano, pero así también tiene derecho de hacerlo, el ciudadano de a pie. Lo único que la ciudadanía reclama es que se obre en consecuencia.
Los gringos han enviado a Israel a buscar una guerra para recomponer un tablero que la lógica del capital no puede ya ordenar a su favor, por eso necesitamos recobrar la influencia que hemos perdido y que con una Claudia humillada y ridícula no lograremos, pero tampoco podemos resignarnos a pagar los platos rotos.