Agencia Innova Digital.-La tragedia sigue creciendo. 25 vidas ya se han perdido tras la explosión de la pipa de gas en el límite de la Ciudad de México y Nezahualcóyotl. Entre los nuevos fallecidos, un joven de apenas 17 años, cuyo futuro quedó reducido a cenizas.

Mientras las familias entierran a sus muertos, las autoridades siguen “investigando”, sin dar respuestas claras, sin asumir responsabilidades. ¿Hasta cuándo la negligencia seguirá cobrando vidas inocentes?

En medio del horror, una pequeña luz de esperanza: la bebé Jazlin, de 2 años, quien fue salvada por su abuela —que murió protegiéndola— ya respira sin asistencia médica en Texas. Pero… ¿a qué costo?

México está de luto, pero también está furioso. Porque cada muerte era evitable. Y porque los discursos ya no alcanzan.