Agencia Innova Digital.- El campo mexicano alzó la voz y se plantó frente al gobierno federal. Productores de maíz del Bajío rechazaron la oferta de $6,050 por tonelada anunciada por la Secretaría de Agricultura, calificándola como una “limosna disfrazada de acuerdo”. Exigen un precio justo de $7,200 y advierten que, de no ser escuchados, las protestas escalarán a bloqueos indefinidos y posibles irrupciones en Palacio Nacional.
Al grito de “¡Sin el campo no hay vida!”, integrantes del Frente Nacional para el Rescate del Campo Mexicano intentaron ingresar a la Secretaría de Gobernación y acusaron al titular de Agricultura, Julio Berdegué, de pactar con empresas como Maseca, Minsa y Bachoco, “hinchando al país mientras el campesino se hunde”.
La tensión crece. Productores de Jalisco, Guanajuato y Michoacán analizan irrumpir en la conferencia mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum. “Esto puede ser el inicio de una revolución campesina. Si no lo paran ahora, no sabremos qué viene después”, advirtieron.
Mientras Berdegué presume un acuerdo “25% superior al precio internacional”, los campesinos lo desmienten en las calles, con tractores, caballos y la rabia acumulada de años de abandono.
