Morelia, Michoacán.– El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, ya tiene rostro y apodo: Osvaldo Gutiérrez Vázquez, alias “El Cuate”, presunto sicario vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fue identificado como el autor material del crimen que estremeció a Michoacán.

Según fuentes federales, “El Cuate” era originario de la colonia Miguel Hidalgo en Apatzingán y tenía lazos familiares con “El Prángana”, operador directo de los hermanos Álvarez Ayala —Ramón y Rafael, conocidos como “R1” y “R2”—, líderes de una célula criminal al servicio del CJNG.

El ataque ocurrió el pasado 1 de noviembre durante la inauguración del Festival de Velas. Manzo recibió dos disparos en el abdomen y uno en el brazo. Aunque fue trasladado de urgencia a un hospital, murió horas después. El agresor fue abatido en el lugar, pero las autoridades advierten que el crimen podría tener autores intelectuales aún en libertad.

Este lunes, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla confirmó que el caso apunta a una estructura criminal más amplia. El fiscal Carlos Torres Piña reveló que el ejecutor se hospedó en un hotel del centro de Morelia horas antes del atentado. Se estima que tenía entre 17 y 19 años, dio positivo a drogas y presentaba múltiples tatuajes, pero no portaba identificación oficial.

La ejecución del alcalde, a manos de un joven sicario con nexos narcos, expone la fragilidad institucional y la penetración del crimen organizado en la vida política de Michoacán. El mensaje es brutal: ni los cargos públicos están a salvo.