La polarización social y política en México tiene múltiples causas complejas y multifactoriales, que explican la dificultad para mantener un diálogo abierto entre diferentes actores sociales, y que pueden derivar en enfrentamientos incluso físicos, como los registrados recientemente entre Alejandro Moreno, líder del PRI y Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado.
Todo indica que la pérdida del equilibrio viene de la publicación de la adquisición de la casa de campo de Gerardo Fernández Noroña con un costo de 12 millones de pesos, lo inmediato fue cuestionar cómo la pagaría?. La prensa hizo su chamba, escribe Raymundo Riva Palacio (Financiero 29-08-2025) Jorge Fernández Menéndez señaló en Excélsior que el crédito hipotecario que dijo que contrató para adquirirla, obligaba pagos de 120 mil pesos mensuales, comiéndose su salario como senador. Sobre sus recursos de youtubero, que redondeó en 188 mil pesos, Reforma lo atajó. Para haber obtenido esos ingresos en YouTube, publicó, tendría que haber tenido seis millones 836 mil 363 visitas al mes, por lo que habría recibido 27.50 pesos por cada una. Pero en los últimos 30 días tuvo 492 mil visitas, que le representaron 7.2% de los 188 mil pesos que dijo recibir. Touché, senador, y sin contar que ese crédito hipotecario era en realidad, según su declaración patrimonial, un crédito personal.
Entre las causas de la polarización en México se ubica la división ideológica y partidista entre los principales partidos políticos, los cuales tienen agendas y discursos contrapuestos que alimentan antagonismos y dificultan consensos. Esto se intensifica en contextos electorales cada vez más competitivos y polarizados.
La desigualdad económica y social juega un papel importante. Las brechas crecientes entre distintos grupos sociales generan resentimientos y malestar que se traducen en tendencias extremas y división social.
Se tiene también una enorme desconfianza en instituciones y corrupción. La percepción generalizada de corrupción y falta de eficacia en el sistema político genera descontento y suspicacia hacia los diversos actores.
Un papel fundamental lo tienen los medios de comunicación y redes sociales. La proliferación de canales y plataformas ideologizadas, junto con algoritmos y bots que refuerzan cámaras de eco, intensifican discursos polarizados y alimentan la propagación de desinformación.
En México hace tiempo que se vive la cultura del conflicto y rechazo al diálogo. Se privilegia el enfrentamiento y la confrontación sobre el constructivo. La fragmentación política se refleja en la sociedad y en la clase política, donde la intolerancia a opiniones contrarias se traduce incluso en agresiones.
Los efectos de la polarización dificultan la capacidad del gobierno para gobernar eficazmente y la generación de acuerdos políticos imprescindibles para avances sociales y económicos.
Aumenta la desconfianza ciudadana en todos los niveles del sistema político y propicia la apatía o el extremismo electoral. Socava la cohesión social y puede conducir al incremento de la violencia, tensiones y fracturas sociales profundas.
Recientemente el caso específico del enfrentamiento entre Alejandro Moreno y Gerardo Fernández Noroña refleja cómo la polarización política puede llevar a la ruptura del diálogo y a la expresión de conflictos de forma pública y hasta física.
Todo esto es síntoma de un clima de conflicto, en el que las disputas políticas se desbordan más allá de lo institucional y generan confrontaciones escenificadas para movilizar apoyos o protagonismos.
Las recomendaciones que se puede realizar para abordar la polarización se encuentra fomentar la educación crítica y el pensamiento pluralista para reducir la intolerancia y promover el respeto. Promover espacios de diálogo inclusivo y mediación entre actores políticos y sociales con intereses opuestos cosa que hasta el momento el partido en el poder no esta dispuesto a realizar. En segundo lugar es impulsar reformas institucionales que fortalezcan la confianza y transparencia en el sistema político. Promover responsabilidad en medios y plataformas digitales para minimizar la propagación de desinformación y odio.
En resumen, la polarización surge de causas profundas de desigualdad, desconfianza e ideología, acentuadas por la dinámica mediática y política. Para superar ese clima, es esencial reconstruir la cultura del diálogo y la confianza ciudadana.
México requiere con urgencia una reconstrucción del tejido político. No se trata de uniformar pensamientos, sino de aceptar al adversario como interlocutor válido y valioso. Si la clase política no asume la responsabilidad de recomponer el entramado político, seremos los ciudadanos quienes paguemos los costos de la parálisis y la polarización. México no requiere gladiadores sino estadistas capaces de tender puentes.
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*Maestro en comunicación por la Universidad Iberoamericana, de la cual formó parte del cuerpo académico, así como de la Universidad Anáhuac, campús norte de la CDMX.