Sí, así como lo leyó, en tierras veracruzanas la inmensa mayoría de los paisanos anda subsistiendo a los arañazos.
Aun cuando nuestra entidad es más que generosa, aun cuando tenemos litorales, ganadería, hidrocarburos, agricultura y mucha agua, solo tres, de cada diez veracruzanos viven a toda madre, sin miserias, sin mas preocupacion que la de decidir a donde se irán de vacaciones o en que restaurante de lujo van a ir a comer el día que están viviendo.
Que le parece.
Cabron, verdad.
Pero eso no es todo, esta media docena de paisanos no tienen acceso a las presentaciones sociales, nada de poder aspirar a una vivienda digna, mucho menos ser beneficiado con un crédito bancario, eso ni soñarlo.
Por si fuera poco, en caso de enfermedad, ni por la mente les pasa el ir a consultar un médico especialista. Eso es inalcanzable.
La inestabilidad laboral los ubica en total desventaja, como también les vislumbra una senectud apurada, en medio de carencias y penumbras.
La informalidad de sus empleos apenas y les da para ir al día, al “sólo por hoy”, cómo muy acertadamente dicen los Alcohólicos Anónimos.
De acuerdo a información dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) cerca de dos millones y medio de veracruzanos, en edad de producir, se emplean en la informalidad y, en consecuencia, no tienen prestaciones laborales. Todos ellos se la rifan a diario, le caminan, pero en serio, para encontrar media chuleta.
De acuerdo a los economistas el cierre de año se antoja difícil, con una escalada de precios de los productos que componen la canasta básica bastante admirable.
A cuidar los centavos, es la recomendación de los especialistas financieros.
¿Y la llegada de nuevas inversiones, y la creación de empleos, y la instalación de grandes empresas, y la generación de nuevas fuentes de trabajo?, eso es puro cuento, esas son frases trilladas y huecas del aparato oficial.
El elefante blanco encargado de todo eso está a cargo de un bueno para nada, de un advenedizo, de un verdadero holgazán. De un sujeto que nunca ha trabajado.
Pobre Veracruz.
Y eso que está de moda.