Agencia Innova Digital.- La Secretaría de la Defensa Nacional realizó un repentino cambio en el mando de la 30 Zona Militar de Villahermosa, Tabasco, que más que relevo institucional parece una jugada política.

El General de Brigada Jesús Alejandro Adame Cabrera asumió este martes el cargo, en sustitución del General Miguel Ángel López Martínez, quien apenas había llegado en febrero y cuya salida coincide con su explosiva revelación: confirmar públicamente que existía una orden de aprehensión contra Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco.

La ceremonia oficial de toma de protesta se llevó a cabo en las instalaciones del 37 Batallón de Infantería, con la presencia del gobernador Javier May Rodríguez, el presidente del TSJ Carlos Efraín Reséndez Bocanegra y el presidente del Congreso Local Marcos Rosendo Medina Filigrana. Sin embargo, el verdadero trasfondo del relevo genera suspicacias.

¿Quién es Jesús Alejandro Adame Cabrera?

Originario de Guerrero (1969), el nuevo comandante ha ocupado cargos clave en la Sedena: jefe de sección en Cuarteles Generales, comandante de batallones, director de la Escuela Superior de Guerra y recientemente comandante de la Sexta Zona Militar en Saltillo, Coahuila. Su llegada a Tabasco se interpreta como un “control de daños” tras el escándalo provocado por su antecesor.

La revelación que incomodó

En julio pasado, en entrevista con Radio Fórmula, el entonces comandante López Martínez no dudó en soltar la bomba:

“El exsecretario de seguridad pública Hernán Bermúdez Requena tiene orden de aprehensión, ya tiene orden de aprehensión”, declaró, al tiempo que mencionó nombres de otros líderes de La Barredora.

Desde entonces, la declaración levantó polvo político y abrió dudas sobre los vínculos de Bermúdez con estructuras criminales, así como la aparente protección institucional que le habría permitido evadir la justicia.

⚠️ Un relevo que huele a censura

El súbito cambio de mando no pasó desapercibido: ¿es simple rotación militar o un castigo por hablar demasiado? En Tabasco, la lectura generalizada es que se premia el silencio y se castiga la verdad incómoda.

Mientras tanto, el paradero de Hernán Bermúdez sigue siendo un misterio, y el Estado parece más preocupado en silenciar a quienes revelan información que en capturar a quienes la justicia reclama.