Más claro…
Por Felipe Mendiola Parra
La oportunidad que tiene en sus manos la gobernadora Rocío Nahle García es irrepetible, de ella depende hacer del estado de Veracruz, una de las entidades más importantes del país, por la infraestructura que ya tiene, la riqueza natural que lo destaca como el principal productor de caña de azúcar, maíz, naranja y limón; pero, además, produce petróleo, gas, madera, pescado, ostión y muchos productos más.
Con cuatro aeropuertos, tres puertos de altura, Vías ferroviarias, autopistas, 345 kilómetros de litoral y muchos destinos turísticos, debiéramos ocupar un importante lugar en la economía nacional, pero lamentablemente no es así, la pobreza se ve y se siente en muchos municipios.
Rocío Nahle García tiene más de cinco años y medio para hacer mucho y que Veracruz brille a nivel nacional e internacional, ahora con el Istmo de Tehuantepec, que ya se encuentra en movimiento, esta sería otra gran oportunidad.
La ex diputada federal, ex secretaria de energía, exsenadora y actual gobernadora, podría subir mucho sus bonos y convertirse de manera natural en la próxima candidata a la presidencia de la república.
En Veracruz tiene todo para alcanzar el más alto nombramiento del país. Otros exgobernadores pudieron y ella no tendría por qué ser la excepción.
Apenas han transcurrido cuatro meses de su gobierno y está a muy buen tiempo de corregir los errores. Volver a evaluar a sus colaboradores con una visión ejecutiva, más allá de los sentimientos y los compromisos, porque entendemos que primero está Veracruz y después la decoración.
En el año 1867, el presidente Benito Juárez presentó su gabinete y hasta hoy seguimos recordando los nombres de esos prominentes, que hicieron patria y construyeron la historia del país en momentos verdaderamente difíciles, pero fue trascendental su participación.
Estas fueron algunos de esas personalidades: ministro de Relaciones Exteriores y Gobernación, Sebastián Lerdo de Tejada; ministro de Hacienda, José María Iglesias; ministro de Justicia e Instrucción Pública, Antonio Martínez de Castro; ministro de Fomento, Blas Balcárcel, y ministro de Guerra, Ignacio Mejía.
Para Rocío Nahle es muy importante el equipo que le acompañe y que le garantice resultados y no solamente la fotografía en esos actos oficiales. Hoy el aparato burocrático va lento y la cabeza de esos grupos de trabajo es determinante. No se sabe de reuniones de trabajo ni del avance en cada uno de los programas de esas dependencias.
El tema de la comunicación social es muy importante y de igual forma, requiere personal capaz, que promueva la buena relación con los periodistas y los medios de comunicación, para que el pueblo se mantenga informado de todo el trabajo gubernamental. Los periodistas son un factor muy importante en el desarrollo de los pueblos y para nada son enemigos del gobierno, solo cumplen con la misión de informar con veracidad.
Esa información debe trascender en todos los ámbitos, de tal forma que Veracruz se convierta en un gran atractivo para las inversiones, la generación de empleos y la reactivación económica.
Muchos reconocemos la capacidad, el talento y la visión de Rocío Nahle para llevar este “Barco” a buen puerto, porque tenemos mucha riqueza y, paradójicamente, mucha pobreza; solo es cuestión de aplicar todos sus conocimientos y rodearse de buenos elementos que quieran a Veracruz y a su trabajo. No más, pero tampoco menos.
Más claro ni el agua.