Sábado, 17 de mayo de 2025

Durante 2024, la pureza del fentanilo que se vende en Estados Unidos —principalmente procedente de cárteles mexicanos como el Cártel de Sinaloa— alcanzó su pico más bajo desde 2019

Aldo Canedo / El Sol de México


El pasado 29 de abril en el estado de San Luis Potosí, autoridades locales y federales hallaron un narcolaboratorio al estilo de la serie estadounidense Breaking Bad: tanques de metal con capacidad de hasta 10 mil litros, torres de destilación de 15 metros de altura, máquinas especializadas para procesos químicos y, entre lo más destacado: planos arquitectónicos para diseño de laboratorios; manuales para uso de precursores y una libreta con anotaciones sobre procesos químicos.

Aquí, y en cientos de narcolaboratorios más, cárteles mexicanos y sus diferentes facciones elaboran drogas sintéticas, entre ellas, la que más preocupa a Estados Unidos: el fentanilo, que conforme avanzan los años, pierde cada vez más la pureza con la que se fabrica y trafica.

Durante 2024, la pureza del fentanilo que se vende en Estados Unidos —principalmente procedente de cárteles mexicanos como el Cártel de Sinaloa— alcanzó su pico más bajo desde 2019.

Es decir, las y los ciudadanos estadounidenses están consumiendo píldoras o polvo que, en promedio, solo tiene 11.36 por ciento de fentanilo puro, advierte el Informe de Amenazas de Drogas de la DEA publicado en mayo de este 2025.

El resto del contenido de la droga puede llegar a ser mezclado en “cócteles” hechos por traficantes estadounidenses o desde su elaboración por parte de los cárteles.

Esta práctica consiste en mezclar el fentanilo con otras sustancias conocidas como la heroína, cocaína o metanfetamina; o incluso con sustancias más novedosas como tranquilizantes para animales (xilacina); ketamina; otros opioides como los nitazenos; o analgésicos y antifebriles de fácil acceso, como los acetaminofeno, conocido como Paracetamol.

Según los análisis forenses de la DEA, en más de 5 mil pruebas realizadas en mezclas de varias drogas, el 75 por ciento contenía fentanilo o una sustancia relacionada con el fentanilo como sustancia principal.

El Cártel de Sinaloa sigue siendo el objetivo prioritario de las autoridades estadounidenses dado que esta organización y sus diferentes facciones son ubicadas como el principal productor y distribuidor de fentanilo en México hacia Estados Unidos.

“Recientemente, facciones del CDS empezaron a añadir xilacina a los lotes de fentanilo introducidos de contrabando en Estados Unidos, destinados principalmente a los mercados de la costa este. Los traficantes radicados en Estados Unidos también mezclan xilacina con su suministro de fentanilo, lo que permite a ambos grupos estirar los suministros de fentanilo y generar más ingresos”, revela el estudio de la DEA.

Los narcolaboratorios del Cártel de Sinaloa utilizan la compra de precursores químicos traídos desde China e India, mismos que son introducidos principalmente por puertos del Pacífico mexicano y que llegan a diferentes puntos del país en estos centros de operación de la organización.

De acuerdo con la Secretaría de Seguridad federal, del 1 de octubre de 2024 al 6 de mayo de 2025, suman 896 narcolaboratorios asegurados en el territorio mexicano: en promedio, autoridades del Gabinete de Seguridad localizan cuatro narcolaboratorios en el país cada 24 horas.

Narcolaboratorios donde, según la DEA, suele realizarse esta mezcla de fentanilo que es letal para la ciudadanía de aquel país, en lo que llaman una “epidemia de muertes por sobredosis de fentanilo”.

No obstante, el decremento en la pureza de la elaboración de pastillas o polvo de fentanilo podría estar asociada a la dificultad para conseguir los precursores químicos regulados requeridos de China, lo que ha llevado a las organizaciones criminales a buscar nuevos mercados en sitios como Europa.

“El aumento de la mezcla de fentanilo con otras drogas agrava los retos ya asociados a la lucha contra la crisis del fentanilo. Muchos consumidores y traficantes desconocen la composición exacta de lo que consumen o venden. Los cócteles de drogas se han convertido en la nueva normalidad y no en la excepción, y estas mezclas de drogas son indetectables sin análisis de laboratorio”, concluye la DEA.

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